Kepler 42








 En medio de todo y nada donde la luz relucía, la constelación del cisne rápidamente crecía, en Kepler 42 planeta en ella existente, desde  hace siglos de siglos la vida estaba latente, primero simples bacterias de frágil composición, ahora vida inteligente tras años de evolución.
Los audí raza naciente del planeta de la vida, ya tenían algo grande, una lengua establecida, la ventaja de este logro, el poder comunicarse, trajo consigo un pecado, el deseo de aprovecharse, y así fue como en Katar un audí más del montón, nació un deseo potente, deseo de dominación.
Katar tenía muy claro que era un audí más del resto, nadie lo obedecería, al menos no sin un pretexto. Él también tenía muy claro pues lo sabía de sobra, el primer paso de todo es poner manos a la obra, estudió muy bien la vida de otros audí charlatanes, pues sus acciones serían los cimientos de sus planes.
El primer paso del plan proyectar lejos su idea, ¿Cómo culpar a Katar, si no es el quien lo desea? El audí katar con esto, se sentía muy astuto sabía bien que aquel plan muy pronto daría sus frutos, invento él una entidad, divinidad la nombro y al resto de los audí sin esperar presentó, “Les presento a divinidad originada hace años, divinidad nos salvó de inconmensurables daños” con lágrimas en los ojos nunca ausentes de bondad lo audí en coro dijeron “¡Que viva Divinidad!” así Katar proseguía con su texto preparado “Divinidad nos ordena que cumplamos su tratado” los audí unos a otros, se miraron confundidos, y un audí que estaba lejos “y si no queremos”-dijo, Katar se hizo el ofendido, ante la aparente afrenta, pero astuto como era había planeado una respuesta, “Divinidad nos creó aunque ustedes no lo crean, así que es el responsable que hoy por hoy audí sean, nunca pidió nada a cambio por el aire que respiran, es mejor que lo obedezcan si no sentirán su ira”.
Los audí aceptaron todo sin oponer resistencia al principio fue por miedo luego fue por inocencia, los audí siguieron todos uno a uno  los tratados, mejor dicho todos no, hubo audí descarrilados, katar fue a inquirir las faltas “¿por qué fallan?” tal cual juez, dijo a los otros audí que respondieron con estrés, “a Divinidad  adoramos mas por una estupidez divinidad no nos quiere, le fallamos una vez”. Katar entonces comprendió tenía un fallo su engaño pero dio una solución para remendar el daño, “Divinidad imponente oh Divinidad piadosa, Divinidad los perdona, si antes hacen una cosa, pueden fallar en cumplir lo que la entidad ordena, pero deben confesarse así impongo yo una pena”;  los audí que no tenían ni una pizca de maldad todos en coro dijeron “¡Que viva Divinidad!”.
Y así pasaron los siglos cuerpos quedaron inertes, mas los engaños pasados seguían siendo vigentes, los audí dominados todos bajo distintas doctrinas, empezó siendo una sola, mas luego ni te imaginas, dominados todos ellos con las copias recurrentes, del engaño de Katar, surge una duda frecuente, tienen dudas yo lo intuyo, lo sé, la tienen en mente, “¿son en verdad los audí una raza inteligente?”.



Por: Dibujador.