Ellas




  

Son las 11:35 y de nuevo me pregunto por qué sigo aca, y es que es difícil hacer que mi cabeza responda una pregunta cuando todas las voces dentro están hablando, no me dejan pensar.
Me cubro la cara con las manos, en un intento desesperado de viajar sola con la mente a un lugar donde ya no hagan que me duela escucharlas aullar todo el día, pero no, solo se forma ese silencio puro como nada que deja que los gritos de todas ellas resuenen como el eco de un disparo en la nada.
Hablan todas juntas pero yo las escucho bien.
-¿No ves que nadie te quiere? ¿Que a nadie le importas? ¿Qué todos mienten?
La razón me dice que es ella quien porta la verdad, mi corazón me dice que no deje me coma la carne y me contagie de su ira incontrolable que cree que todo el mundo miente y es una basura, que conspiran a mis espaldas y se ríen en mi cara, a veces incluso la gente que suelo creer que no es así. Hace que desconfíe, alimenta mi paranoia.
-¿Aun no te ves al espejo? ¿Es que no te das cuenta de que no perteneces a ningún lado? Das asco…
Me toco las sienes, veo mis piernas, me paro y repito mi rutina de revisar mi abdomen frente al reflejo despiadado que me muestra que no, que nunca lograre estar ahí, en ese círculo que engloba a las chicas que forman parte de las cosas que yo quiero, o que me dicen que debo querer.

Encajar.

Respiro profundo, me sigue gritando, sabe que intento no escucharla y se resigna a que lo logre. Me pega de cara al espejo obligándome a ver las marcas del pasado, las que no se irán. Aquellas que cuando las nombro la gente cree que son metáforas simples de un absurdo depresivo, pero no, son marcas reales, como aquella de un soldado que vuelve de la guerra mutilado.
Ojala fueran solo metáforas, tal vez si lo fueran, podría dejarlas atrás.
De nuevo intento aclarar mi mente mientras veo en la pantalla como titila esta barra que espera que yo escriba, como si tuviera prisa por moverse de lugar.
Yo intento pensar a quien responderle primero, son como perros desesperados esperando su comida.
La siguiente me dice que es hora, se ríe de mí por ser tan cobarde, porque ya me dijo cual es el plan pero llega otra, cuando creo que hoy será y estoy segura de todo, a decirme  -¿Y si no funciona? Arruinaras todo lo que te queda y serás eso que no quieres, una parte de esa nada que no sirve y queda olvidada en algún lugar.
En un rato debo salir a seguir fingiendo que mi vida está bien, que soy feliz con mi trabajo, con ser un alumno promedio en una buena carrera, que no sufro con los prejuicios de la gente y lo más gracioso o más bien tragicómico diría, que todos crean que tengo un futuro.

Futuro

Dejo las manos en el teclado esperando que solas se muevan sabiendo que tecla tocar, porque ellas saben que las escucho y gritan mas, se pelean por saber a cual dejare salir hoy.
Una me dice que llore, la otra que me lastime, que lo necesito.
Una me dice que destruya todo a mí alrededor como lo hicieron con lo que tenia dentro, la otra me dice “no lo arruines”.
Me siento cansada, ya lo he dicho muchas veces, y es que desde hace rato me siento como un alma vieja y sufrida en un cuerpo relativamente joven y ella viene y me dice “ríe, que eso te sale bien y sabes que no te molesta aun cuando los días son mas negros, mas fríos y mas largos, todo estará bien.”
Son exactamente las 12 en punto hoy no quiero escucharas a todas, solo quiero recostarme, cerrar los ojos, hacer que noten que no las escuchare y que se queden calladas al menos un rato.

Es el punto justo donde me divido solo en dos.
Cerrar los ojos y nunca más abrirlos
Abrirlos y quizá mañana encontrar algo mejor.


-Genesis-